sábado, 12 de noviembre de 2011

bebe de la sed que siento al admirarte

Como una canción aún sin acabar, te repites en mi mente de forma intermitente, tú, la musa de mi música, por tus vaivenes me dejo llevar. Como si este mundo fuera a terminar, tú me besas con la fuerza de quien sabe que tendra muy medidas y contadas ocasiones de hacer de ese beso algo habitual.
Sobrevivo a base de viejas historias incompletas que no acaban por el miedo a terminar oyendo tu voz en cada voz extraña impregnando con tu esencia mis pasiones, mi verdad
Tú, la luz que apaga todos mis temores, el lapiz que me escribe las canciones, la estrella que me sigue adonde voy.
Tú, la suerte que besó mi libertad, las letras con las que aprendi a cantar, tu ritmo es el que marca mis latidos.
Con las manos aun inquietas pienso en ti, pues te tuve entre mis brazos y otra vez te has vuelto a ir, indelebles son los surcos de tus dedos que han marcado ya mi piel y mi pasión.
Luchame con besos, dejame ganarte, reinventarnos a la vez sera cuestion de práctica, bebe de la sed que siento al admirarte, muerdeme las ansias pero sin cansarte.
Y a veces nos prestamos las cosas de valor ,y nos intercambiamos mientras que hacemos el amor, el alma entre las manos y entre los labios los tequieros los que adornan las paredes de este cuarto al que me escapo a veces.

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